domingo, mayo 01, 2011

Asistis impávido a la muerte de mis ganas,
no advertís la pérdida,
soberbio y egocéntrico...
te olvidás de la que era
la primera vez que me viste.

Decís que miento, inconscientemente
( y de la otra manera)
que no es amor esto,
que ese sentimiento ya le he dado...
para siempre a otra persona.

No niego la verdad irrefutable en tus palabras,
yo lo sé, vós lo sabés...
y a veces hasta creo que él lo sabe,
pero finge no notarlo...

El también asiste a la muerte de mis ganas,
como una llama encendida en algún hueco de mis entrañas...
me incita, me descubre...
No me deja ir...

Y por eso me quedo, por eso insisto...
Sin él, definitivamente
la que soy para vós no existiría.

5 comentarios:

D. Herque dijo...

Intrincado texto, agridulce sinceridad desde lo más inmediato hasta el punto y final.

Nadie puede negarte la sinceridad del espejo, nadie puede negarte el saber hacer tangible aquello que no se desea saber.

Las razones son el alma de un tahúr o el silencio de un eco.

Beso.

GABU dijo...

Cuando la insistencia nos gana por cansancio,iremos de paso firme hacia nuestro propio cadalso???

P.D.:Cuando entre dos el lenguaje del amor se desdibuja,mejor retirarse antes de mendigar afecto,digo...

BESITOS AL MARGEN

Paco Rabadán dijo...

Existes a pesar de cualquier apocalipsis.
Tú eres tú, pero no se si tendrás la suerte de te vean.

Sil dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Sil dijo...

¡Qué lucidez para dar a entender una situación desoladora sin menoscabar la belleza del lenguaje!
Me sorprende, gratamente, que el poema lo hayas escrito en español rioplatense.
Muy hermoso.
Te felicito.