jueves, abril 21, 2011

Había una vez...
un silencio total,
una oscuridad fría
de mármoles carbonizados.

Y en ella la semilla de toda la existencia,
fecundó en orgasmos
cuando mi deseo fue descubierto por tu cuerpo.

Estalló el big ban,
la creación se produjo en un solo aullido
de hembra loba satisfecha,
una huella marcada, un comienzo.

Hay un hombre viviendo en mi cabeza desde entonces,
en mi corazón , en mi sed, en mi hambre,
en mis entrañas...

Invento a cada paso perfumes para olerlo,
sabores para probarlo,
y sueños...

4 comentarios:

D. Herque dijo...

Tras el silencio brotaron las palabras, las razones, los sueños; y los remansos donde se fraguan la escritura que inventa poemas y lugares donde dejar que vivan los sentimientos.

Este es un suave remanso.

Beso.

GABU dijo...

Mmmmmmm!!!!!

Sentirse completamente equilibrada por el otro es una sensaciòn que pocas veces la vida nos pone a cuentas...

P.D.:Y en vez de inventar aromas,lo màs placentero es tener face to face al caballero en cuestiòn!! :P

BESITOS REALÌSTICOS

BEATRIZ dijo...

La primera estrófa se parece al marmol de mi chimenea...negruzca y fría, pero cuando el fuego arde se multiplica en su brío.

Saludos.

Paco Rabadán dijo...

Chapó!