lunes, junio 27, 2005

X..., y el miedo

Se sintieron ruidos afuera de la casa ??,
- No, no escuché nada.-Mmmmm, ahora si, se escuchan ruidos,
esperame acá.
X, se levantó fue hasta donde estaba la ropa en una silla, sacó un arma.
mentiría si dijera que no me asusté ni un poco, pero también mentirí­a si dijera que me disgustó la sensación.El se fue hacia afuera y mi mente.... tal cual el lo dijo despues, volo por entre un monton de posibilidades, la realidad sonaba incansable en mi cabeza "no tenés ni idea de quien es", "no sabés nada", Despues de todo no habí­a nadie más que nosotros en aquella casa , nosotros y una 9 mm, ¡vaya combinación!!!.
En cuestión de minutos todo se aclaró en mi cabeza X tení­a el poder de mi vida en sus manos, de que el mundo continuara o se terminar para mí en un segundo, entonces me concentré en los condenados a la silla eléctrica o a inyecciones letales , el miedo nunca logra convertirse en pánico, porque no hay razón para tener pánico,¿adonde correrí­an ellos?, ¿adónde podría correr yo?.
Parece que la certeza de no tener opción provoca un miedo resignado, es así­.....ya no estaba asustada.
X volvió,.....¿te asustaste?, me preguntó, jajajajajajaja- me imagino toda la cabeza que te hiciste , ahora este entra y me mata!!!!.
No podí­a explicarle todo lo que habí­a imaginado, los papeles sobre quién era el sicótico podí­an darse vuelta.
-¿me dejás?-le pregunté.
X estira la mano y me pasa el arma,
era muy pesada, pero lo que más me impresionó fue su frí­o, un frí­o helado que recorrió mi cuerpo y me puso la piel de gallina, ¿el frío de poder tener el fin de la vida de alguien en la mano?.-Así no le vas a pegar a nada y encima te terminarí­as dando con el arma en la cabeza dice X.
-Tomá, creo que me voy- digo yo
_¿te asustaste??
_no, no me asusté, me voy a dormir.
Salgo a la calle, ahora que puedo correr mis pasos se apuran para alejarse del lugar, ahora sí­ tengo miedo.
Me río , en realidad no pasó nada, ¡pero yo me meto en cada historia!!!!

1 comentario:

Anónimo dijo...

...Lo admito, alguna vez estaba sentado en la mesa con un cuchillo a mi lado. Y había gente alrededor, cuando yo me preguntaba que era lo que me detenía para tomar ese cuchillo y acabar con una vida. Algunas veces, la vida de alguien más está en nuestras manos. Pero, lo más grave y triste, es que nuestra vida depende de uno mismo, y ahí estamos, mirando por la ventana o caminando sin mirar adelante, mientras el tiempo corre y corre.