viernes, octubre 14, 2005

Un fantasma absurdo,
que concuerde con mis pensamientos.
Que no me recrimine.

Así llegué pensando ,
hasta el patio de mi casa.
Y me senté.

Cerré los ojos,
e hice una convocatoria.

Pedí curriculum,
experiencia comprobable.
De fomentadores de sueños.

Luego abrí los ojos,
empezó a pasar la fila,
y ¡oh sorpresa!.

Mis fantasmas estaban todos vivos.
Todos presentaban el sueño,
que me habían entregado.

No pude menos que sonreír,
y agradecer ,
a todos esos fantasmas amigos.

El recordarme que si lloré,
alguna vez por su causa,
Fue porque antes...,
Ellos me regalaron un sueño,
y lo soñé.

No puedo quejarme.

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