No corriste...
aún no.
Mi pecho explotó,
mis defensas huyeron hechas trizas
sentí que toda mi verdad
podía resumirse en esas dos palabras.
Nunca una frase,
había sonado tan a caricia propia
en mi garganta.
Y tus caricias como un néctar...
y tus palabras suaves...
y tus ojos únicos y dobles...
y tus labios resumiendo la vida...
Te amo
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