Como un viento frío,
trepidantes los recuerdos,
no perdonan días ni madrugadas,
no esquivan el sol más fuerte o la lluvia más amena.
Que puede importarles a estos ,
impiadosos y juguetones duendes de nuestra mente,
si el llanto se nos agolpa en la garganta,
o si la risa surge descontrolada.
apostaría hoy sin miedo a la derrota,
que se divierten saltando desde la nada,
y viendo nuestra cara,
ausente y desdibujada, mientras nos van arrullando,
sumergiendonos en su dulce sueño.
Pero nada más lejano a mi,
que no festejar cada día su existencia,
añoranzas dolorosas ,
y felicidades con sabor amargo a pasado.
Todas parte de ese cóctel perfecto,
que me acompaña cada noche a la cama.
Voy juntando retazos,
voy creandolos nuevos acada paso,
a cada instante le doy pinceladas nuevas,
como al más preciado y valioso de los cuadros,
los esculpo con el detalle necesario,
para regocijarme viendolos luego a la distancia,
y cuanto más me sangra el alma al contemplarlos,
mayor su perfección y mas queridos.
galería intacta de la vida,
precioso tesoro que nos acompaña,
hagamosla perfecta, o casi, ¡no debe costar tanto!.
Un día más y otro,
así la historia se va formando.