Hay veces que estamos solos y todo se vuelve más claro,
pensamos en lo que le dirÃamos a tal o a cual persona,
todo se vuelve una verborrágica confesión,
nos admiramos de lo bien que suenan nuestras palabras,
hasta llegamos a imaginar las respuestas que nos serÃan dadas.
¿para que preguntar entonces?,
claro.....,
ahà está la dificultad que se presenta al hacer realidad el enfrentamiento,
las palabras no salen ,
y las preguntas no se formulan claramente,
quizás por el temor de la total certeza ,
de que las respuestas no van a ser exactas como las queremos,
perdemos el hilo, tratamos de decir lo que sabemos va a ser entendido,
que resulta ser un mÃnimo de todo lo que habÃamos planeado.
¿porque no saldrá todo tan perfectamente redactado?,
¿será por eso que los polÃticos llevan el discurso escrito?,
a veces creo que deberÃa hacer lo mismo.
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