jueves, abril 21, 2011

Había una vez...
un silencio total,
una oscuridad fría
de mármoles carbonizados.

Y en ella la semilla de toda la existencia,
fecundó en orgasmos
cuando mi deseo fue descubierto por tu cuerpo.

Estalló el big ban,
la creación se produjo en un solo aullido
de hembra loba satisfecha,
una huella marcada, un comienzo.

Hay un hombre viviendo en mi cabeza desde entonces,
en mi corazón , en mi sed, en mi hambre,
en mis entrañas...

Invento a cada paso perfumes para olerlo,
sabores para probarlo,
y sueños...