MANUEL.
Hoy desperté balbuceando un nombre,
paladeando besos en mis labios.
Debo haber dormido por semanas,
amanecí tranquila, recordando el sueño,
tan vívido en colores, en sensaciones,
en ternura.
Tuve ganas de llorar,
dar la vuelta y seguir durmiendo,
pero ese néctar de felicidad,
mientras soñaba,
adormeció mi alma dolorida,
llenó mi pecho vacío.
La esencia que lleva ese nombre;
aún despierta....,
se quedó en mí.
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